Sistema Educativo
MCO
El Método AMCO propone una solución educativa integral con estrategias de enseñanza creativa, motivadoras, investigadoras, cooperativas, que promueven la crítica y la reflexión, el planteamiento y la resolución de problemas, la inteligencia y la creatividad.
El método AMCO proporciona todos los elementos necesarios para que se produzcan procesos de enseñanza-aprendizaje significativo y duradero y que los alumnos tengan competencia efectiva en inglés, como si fuera su lengua materna.
A través de metodologías activas, trabajo cooperativo, aprendizaje por proyectos, desarrollo de las inteligencias múltiples, educación emocional y personalizada, el método le permite a los alumnos y alumnas tener la motivación del impulso en la búsqueda de su propia formación integral.
MODELO EDUCATIVO
El sistema preventivo como modelo educativo
La misión y el proyecto de vida salesiano se expresa en una praxis que se concreta en el Sistema Preventivo, en él se sintetiza la aportación original de la acción educativo-pastoral entre los jóvenes; y nosotros en continuidad con las instituciones educativas de Don Bosco, reconocemos que “este sistema se basa plenamente en la razón, en la religión y en el amor”. Llevando a la práctica debe traducirse en varias cualidades pedagógicas, que se plasman en una actitud: la caridad pastoral.
La calidad pastoral salesiana, encuentra en el concepto caridad pedagógica una expresión más precisa y que la define mejor. Genera un ambiente que demuestra pasión educativa, dirección, sentido común, equilibrio, afecto y respeto al educando. Busca el crecimiento espiritual de los jóvenes, su salvación, su bien integral. En esta dinámica y propuesta educativa, se trata de hacer de los jóvenes protagonistas de la evangelización.
El Sistema Preventivo, compromete al educador y a la comunidad de la que forma parte. El compromiso del educador salesiano es, al mismo tiempo, pedagógico y espiritual, polos en esencia indivisibles pues separarlos es romper con la misión misma.
Bajo esta lógica, el Sistema Preventivo es el método para la acción educativa; como tal, sistematizada una racionalidad que abona al binomio exigencia-flexibilidad (razón), una religiosidad que provoca el deseo y el anhelo por Dios (religión) y la comunión con y por los otros (amor). De tal manera que la acción educativa traduce como "prevención", "acogida" y "comprensión" en el proceso de encontrarse a sí mismo.
La fuerza liberadora del amor educativo, entendida como:
- Un amor humano auténtico que genera correspondencia de relaciones.
- Familiaridad, cercanía, cordialidad y afecto profundo entre las personas.
- Atención al encuentro gratuito con la persona para ayudarla en su crecimiento integral.
- Deseo de compartir la vida y de acompañar prudentemente.
- Ambiente de participación y de relaciones amistosas, en clima de familiaridad y franqueza, de optimismo y alegría.
- Sano equilibrio entre autoridad y amor, entre cercanía y exigencia, entre afecto y responsabilidad.
- Capacidad de traducir en signos concretos el amor educativo.
Diversas formas de la racionalidad en las propuestas, entendidas como:
- La racionalidad en las exigencias y las normas.
- La flexibilidad y el sentido común de las propuestas.
- La actualización razonable de los educadores y el cuidado de los espacios de comprensión.
- La educación para una crítica constructiva de la realidad desde la espontaneidad y naturalidad.
- La comprensión de la situación de cada persona y la llamada a la convicción personal.
- La coincidencia progresiva de las propias limitaciones y cualidades.
- La capacidad para descubrir los aspectos positivos de la persona y de la cultura actual.
El amor pedagógico se basa en la fe, que se expresa como:
- Símbolo de amor de Dios a los jóvenes.
- La actitud cordial para llamar a los jóvenes a buscar el Reino de Dios.
- El compromiso de enseñar a amar a Dios y al prójimo.
- El crecimiento en la amabilidad, la bondad, la paciencia y el perdón a la manera de Jesús.
- Un llamado a la apertura de la persona a Dios.
- La alegría de ser hijos de Dios.
- Una visión cristiana que contempla los signos de los tiempos.
- La relación personal y de amistad abierta con Cristo que no permite el pesimismo.
- La presencia que educa en la trascendencia, en el sentido de la muerte y de la vida.
- Una alegría que permite valorar y percibir lo cotidiano de manera positiva.
- Una actitud de fraternidad con los demás.
- La propuesta de un camino alegre y sencillo a la santidad.
- La valoración de la presencia de María Auxiliadora en la Iglesia.